martes, 1 de diciembre de 2015

Siglo XVIII, Neoclasicismo y Romanticismo

SIGLO XVIII:

En el siglo XVIII -la época del Rococó- continuó la primacía francesa, donde en 1713 se creó la Escuela de Ballet de la Ópera de París, la primera academia de danza. 

Se empezaron a escribir obras musicales solo para ballet, a nivel popular, el baile de moda fue el vals.




NEOCLASICISMO:

Durante el neoclasicismo el ballet experimentó un gran desarrollo, sobre todo gracias al aporte teórico del coreógrafo Jean-Georges Noverre y su ballet d'action, que destacaba el sentimiento sobre la rigidez gestual del baile académico. 

Se buscó un mayor naturalismo y una mejor compenetración de música y drama, hecho perceptible en las obras del compositor Christoph Willibald Gluck, que eliminó muchos convencionalismos de la danza barroca. 

Otro coreógrafo relevante fue Salvatore Viganò, que dio mayor vitalidad al «cuerpo de ballet», el conjunto que acompaña a los bailarines protagonistas, que cobró independencia respecto de estos.





Romanticismo:

La danza romántica recuperó el gusto por los bailes populares, las danzas folklóricas, muchas de las cuales sacó del olvido. Surgió el clásico vestuario de ballet (el tutú).



 Se empezó a componer música puramente para ballet. También se  introdujo el baile sobre las puntas de los pies, en el que destacaron Marie Taglioni y Fanny Elssler. En bailes populares, continuó la moda del vals, y aparecieron la mazurca y la polca.






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